Romper el feudalismo moderno: hoja de ruta para un nuevo desarrollo en Catamarca

 

Continuando con los artículos anteriores hoy presento una propuesta.


El Plan Estratégico de Catamarca (PEC 1994–1996) fue un proyecto colectivo de gran envergadura, construido en talleres participativos con la intervención de cerca de 4.000 catamarqueños y que dio origen a unos 150 proyectos concretos. Su objetivo general era claro y ambicioso:

“Impulsar el desarrollo económico y social de Catamarca en el contexto nacional y regional, consolidándola como una provincia atractiva para nuevas inversiones, ambientalmente equilibrada y privilegiando la calidad de vida de su gente.”

Este plan se estructuró en cinco ejes estratégicos, cada uno con objetivos particulares orientados a transformar la realidad provincial, superando viejas estructuras de dependencia y proyectando un desarrollo sostenible.


Ejes estratégicos del PEC (1994–1996)

Eje 1. Fortalecer los Estados provincial y municipales, orientándolos hacia un modelo de gestión articulador de las demandas sociales y promotor de un desarrollo sostenido.

Eje 2. Generar recursos humanos altamente calificados para encarar el proceso de desarrollo mediante la interacción entre educación, cultura y trabajo.

Eje 3. Potenciar el desarrollo económico local a partir del fomento y modernización de los sectores más competitivos.

Eje 4. Configurar un sistema territorial más articulado —dentro y fuera de la provincia— y mejorar la dotación y calidad de la infraestructura y los servicios.

Eje 5. Mejorar la calidad de vida de los catamarqueños fortaleciendo e integrando los diferentes sectores sociales.


Lectura en clave histórica: Pierre Vilar y el PEC 1994/96

El historiador Pierre Vilar nos recuerda que la historia no debe reducirse a las coyunturas, sino comprenderse desde sus estructuras de larga duración: economía, cultura, mentalidades y poder.

El PEC 1994/96, desde otro lenguaje, ya buscaba algo semejante: transformar restricciones en oportunidades, integrar la región, cuidar el ambiente, fomentar inversiones y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de la población.

El puente entre ambos enfoques es evidente: mientras Catamarca siga atrapada en un “feudalismo moderno” —con privilegios concentrados, el Estado como caja de distribución y una sociedad dependiente—, el desafío no es únicamente económico, sino también cultural. La tarea exige formar conciencia histórica y capacidad de decisión, lo que Vilar llamaría educación política.


Diagnóstico político-cultural actual

  • Patriarcado y semi-feudalismo: permanentemente pocas familias concentran cargos, recursos y vínculos con el Estado.
  • Estado como dádiva: el empleo público y la asistencia social funcionan como mecanismos de control y dependencia.
  • Pobreza estructural: más del 50% de la población bajo la línea de pobreza, jubilaciones indignas, ahorro improductivo.
  • Mito compensatorio: “somos pobres pero dignos”, utilizado como anestesia cultural para legitimar la resignación.
  • Organizaciones sociales debilitadas: moldeadas más como receptoras de ayuda que como generadoras de alternativas.

Estas dinámicas no son casuales, sino expresiones de estructuras de poder de larga duración, muy coherentes con lo que Vilar describía como la relación entre base económica y vida social.


Hoja de ruta práctica

No se trata de enfrentar todo de golpe, sino de abrir puertas en la estructura para ensayar cambios posibles:

A) Educación y conciencia histórica

  • Recuperar la historia local desde la gente: barrios, campesinos, mujeres.
  • Talleres comunitarios que unan memoria y economía: qué producían nuestros abuelos, qué producimos hoy, qué podríamos producir mañana.
  • Crear círculos de lectura y acción en escuelas, sindicatos y asociaciones, para generar ciudadanía crítica.

B) Asociativismo productivo

  • Proyectos piloto: cooperativas agrícolas, talleres de oficios, economías circulares.
  • Mostrar que se puede vivir mejor produciendo en comunidad, no esperando del Estado.
  • Canalizar ahorro local hacia inversión productiva (fondos rotatorios, microcréditos comunitarios).

C) Nuevo Ágora (democracia participativa)

  • Espacios de debate abiertos en barrios y pueblos: no solo reclamar, también proponer futuro.
  • Redefinir la dignidad: no aguantar la pobreza, sino decidir colectivamente el destino de nuestros recursos.

D) Escenarios posibles

  • Corto plazo (defensivo): visibilizar la injusticia (jubilaciones, pobreza) y organizar demandas.
  • Mediano plazo (propositivo): poner en marcha proyectos productivos y educativos.
  • Largo plazo (estructural): disputar el sentido común y el poder político local, mostrando que otro modelo es posible.


La etapa siguiente demandaría aportes de propuestas personales, sectoriales, empresariales. Esta es una guía para iniciar el camino a un nuevo proyecto de provincia.










Comentarios

  1. Conocí de los sueños y empeños de un amigo especial que probó construir desde el territorio un bienestar sostenible e inclusivo.... siento que en sus palabras la añoranza es justificada
    Felicitaciones respetuosas desde la distancia del espacio y el tiempo!

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  2. Muy buena la propuesta "Hoja de ruta práctica"...

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  3. Es una propuesta necesaria, y uno de los aspectos claves, en este tiempo, sería cuáles son los actores y sectores sociales que la empujarian, para viabilizar la e integrarla a un proyecto nacional.

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