Los empleados públicos y "los planeros" no son culpables, es el modelo
La frase de 1880 —“ni aun los hombres de fortuna están exentos del contagio… más de uno que disfruta de rentas pingües y es dueño de dos docenas de casas aspira a empleos que no necesita y se apresura a buscarlos para sus hijos”— no describe solamente un pasado remoto: captura la matriz cultural, económica y política que, con nuevas formas, todavía gobierna a Catamarca y al Norte argentino. A fines del siglo XIX, cuando Catamarca recién iniciaba su autonomía, la provincia exportaba el equivalente a tres presupuestos anuales , sostenida por una economía productiva —minera, agroganadera, comercial— que generaba empleo genuino para la mayor parte de la población. El empleo público era marginal y, sin embargo, el 33% del presupuesto se destinaba a educación . Existía un modelo que, con todas sus limitaciones históricas, era autosustentable y socialmente más equilibrado. Ese modelo fue abandonado. Y sobre sus ruinas se construyó el actual: una economía dep...