Partir de lo que fuimos y dejamos de ser

 

Nuestro pasado minero y de riquezas (1870)

En 1870, Catamarca vivía un momento de auge económico. La comercialización de cobre en barra proveniente de las minas Pilciao (Andalgalá), propiedad de Lafone Quevedo, y Pipanaco (Pomán), de la firma Carranza-Molina, alcanzaba los 290.000 pesos fuertes en libras esterlinas, generando empleo para más de 1.000 catamarqueños. Lo destacable es que las ganancias quedaban en la provincia: los empresarios eran locales y no existía la obligación de enviar remesas al exterior.

El presupuesto provincial ascendía a 168.929 pesos fuertes, de los cuales un 33 % se destinaba a la educación, en un contexto donde el analfabetismo era todavía muy elevado.

Simultáneamente, se exportaba ganado vacuno en pie a Chile por un valor de 300.000 pesos fuertes, y la producción vitivinícola alcanzaba los 36.000 hectolitros, principalmente en Andalgalá, Pomán y Belén.

Si comparamos con valores actuales, el superávit fiscal de Catamarca en ese momento (600.000 pesos fuertes) equivaldría a casi cuatro presupuestos provinciales actuales. Para dimensionarlo: el presupuesto provincial 2025 ronda los 1.630 millones de dólares, lo que aplicado a la lógica histórica representaría unos 6.500 millones de dólares, de los cuales unos 2.800 millones corresponderían a la minería y una cifra similar al comercio de ganado en pie con Chile.

Catamarca debería haber tenido otro destino

El intelectual Federico Schickendantz intentó orientar a la provincia hacia una matriz productiva más sólida. Sin embargo, como recordaría años más tarde Cornelio Sánchez Oviedo, la clase política provincial no supo ni quiso asimilar sus ideas, provocando la inevitable ruptura y el alejamiento de Schickendantz, quien terminó sus días en Buenos Aires.

A pesar de los esfuerzos, las recomendaciones de Schickendantz y Lafone Quevedo no prosperaron. Se privilegió la formación de maestros que fueron “exportados” al resto del país, pero no se desarrollaron químicos, metalurgistas, farmacólogos, agrónomos o administradores de estancias, profesionales que hubieran sostenido una economía productiva moderna.

Cultura política y límites estructurales

Nuestra dirigencia se enfocó más en legislar y crear organismos oficiales que en transformar comportamientos sociales a través de la economía y la educación. Se combatió el ocio y la desidia con libretas, papeletas, multas o persecución policial, en lugar de con trabajo genuino y productivo.

La clase dirigente provincial casi nunca fue industriosa. En su lugar, se ligó al gasto público, arrastrando luego a los dirigentes empresariales e intelectuales, que se amoldaron a ese modo de consumo y producción. Las promociones industriales se propusieron solo como paliativo, hasta tanto se lograran compensar las brechas de desarrollo que imponía la lejanía respecto de los grandes centros de consumo y abastecimiento.

El Plan Estratégico Consensuado (1994)

En 1994 se intentó dar un giro mediante el Plan Estratégico Consensuado (PEC), donde participaron cerca de 4.000 catamarqueños y especialistas. El comité organizador incluyó al Gobierno de la provincia, la Universidad de Catamarca, la Unión Industrial de Catamarca, asociaciones de empresas promovidas por diferimientos impositivos, profesionales, la CGT, la UOCRA, la Federación Económica de Catamarca, entre otros.

El PEC logró identificar 150 proyectos concretos para transformar la matriz productiva provincial. Lo valioso era su metodología participativa: talleres de consenso que permitían ir ajustando y mejorando los proyectos según las dificultades que enfrentaran.

Sin embargo, ese camino no se sostuvo en el tiempo. El plan terminó reducido a un listado de propósitos gubernamentales, perdiendo la fuerza transformadora que le había dado origen.


Fuente: "Escritos Económicos" de Raúl Edgardo Caro

Comentarios

  1. Gracias por la información!! siento que los catamarqueños dejamos que pase esto por la falta de ella. No es ocasional, se quiere que así sea!!
    Ciegos y mudos estamos.
    Catamarca es minera , y no debería haber pobreza.

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